Había elevado la voz, muy por encima de lo necesario. La tomó de la mano, o mas bien de la muñeca. La retuvo firmemente a su lado, pegada al costado izquierdo de su cuerpo. Con la otra mano le acaricio la mejilla. Pego los labios a su oreja y le repitió entre susurros lo mismo que escupió a gritos un instante atrás. Una lagrima estallo en el pavimento que brillaba bajo la luna llena. ¡No te vayas! le rogó. Su aliento formador de sonidos se perdió inútil en el viento. Un instante después, ella desapareció.
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Otras formas breves: Tan Valientes
¡Qué genial! Me gustan tus otras formas breves. :)
ResponderBorrarGracias miles Jorge!!!
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